Uno de los grandes retos que se ha planteado la humanidad a través de los siglos ha sido la instrucción a través de la educación, de modo tal que la producción y obtención del conocimiento sea una de sus máximas; los grandes logros y conquistas educacionales comienzan a rendir frutos a partir del siglo XVIII, donde ocurre la masificación de la enseñanza y las mujeres pueden acceder a los servicios educacionales “en igualdad de condiciones con sus congéneres”. Históricamente, la educación ha ocupado un lugar privilegiado en todas las sociedades y, por consiguiente, uno de sus grandes retos como ciencia es develar instrumentos teóricos metodológicos que potencien las relaciones entre el ser y el conocimiento, llegando hasta las teorías más actuales que proponen el aprender a aprender y la coeducación.
Llegar a las sociedades actuales y formar sujetos integrales, cultos y altamente instruidos son algunos de los grandes retos de la educación. De ahí que esta represente un proceso por medio del cual el ser humano adquiere herramientas para su inserción en la sociedad y para su realización personal, proceso
en el que se requiere que la educación responda al ritmo de las transformaciones sociales y culturales que ocurren vertiginosamente en la actualidad. Esto cual implica la formación de docentes altamente competentes y capaces de plantear soluciones e implementarlas desde un trabajo conjunto y coordinado, pues si la educación mejora la sociedad se desarrolla y el ser humano asciende en su formación.