Cuando se habla de procesos educativos suele hablarse del proceso de enseñanza-aprendizaje, y se centra la mirada en aquello que el docente debe hacer para que sus estudiantes aprendan, y apenas se revisa qué está sucediendo en los estudiantes en términos de aprendizaje. Y es aquí donde la evaluación juega un papel igual de importante; de ahí que sea preferible hablar del proceso de enseñanza, aprendizaje y evaluación.
Así, un docente que busca garantizar el aprendizaje de sus estudiantes, siempre se preocupará por que haya no solamente unos objetivos de aprendizaje definidos, sino también porque los mismos estén alineados con la forma de evaluar y las estrategias pedagógicas que usa.
El alineamiento constructivo brinda elementos para que, tomando como punto de partida los objetivos de aprendizaje (llámense competencias, resultados de aprendizaje u otros), se definan estrategias de evaluación que tengan criterios definidos frente al aprendizaje esperado, así como las estrategias pedagógicas idóneas para lograr ese aprendizaje en los estudiantes.
En últimas, el alineamiento constructivo se configura como una estrategia de diseño curricular, pero también pedagógica y de evaluación, tanto a nivel de asignaturas como de programas, que apoya el aprendizaje de los estudiantes centrado en lo que ellos hacen y no en lo que los docentes o diseñadores de programas hacen.
Este curso se desarrolla tomando como base las estrategias de aprendizaje de la Universidad del Rosario. Se ha estructurado en cuatro módulos y cada uno de ellos está identificado por un elemento (tierra, luz, agua y fruto), representando los cuatro elementos claves del proceso de enseñanza, aprendizaje y evaluación alineados entre sí, lo que, sin dudas, permitirá que los estudiantes logren el aprendizaje que se espera en ellos.
Al finalizar cada módulo, el estudiante obtendrá una gema de acuerdo con el elemento de este mismo y al completar el curso deberá completar los cuatro elementos para culminar su proceso de aprendizaje.