Cada día la tecnología avanza y evoluciona a pasos agigantados, los artefactos digitales se insertan en nnuestras vidas de manera más rápida, cambiando la forma de aprender, la noción de riesgo, la concepción de tiempo y espacio, las concepciones de yo y la intimidad, de lo público y privado, así como las de sexualidad. Por lo anterior la vida cotidiana ha cambiado, las relaciones ya no se limitan por el tiempo y el espacio, se pueden vivir en tiempo no real y espacio no compartido. De éste modo la vida se mantiene en el espacio digital que convive con el mundo “analógico”, allí se trabaja y es acorde con las dimensiones digitales. Ambos mundos forman parte del mundo que llamamos real.
Los niños y jóvenes aprenden y se adaptan a este entorno cambiante. Infortunadamente no son los únicos que se adaptan. Y bajo esta premisa cada día puede nacer una nueva amenaza en la red que atenta directamente contra la población más vulnerable afectando su calidad de vida.
El listado de amenazas en la red es enorme, dentro de las cuáles se encuentran Grooming, Sexting, ciberacoso entre otros. a la par de las amenazas surgen diferentes estrategias y artefactos que ayudan a proteger y restringir el acceso, entre otras características de control para padres.
Se hace necesario entonces que los padres aprendan sobre las nuevas dimensiones de vida dadas por el mundo digital, sus beneficios y sus riesgos para desde allí durante los procesos de socialización proteger a sus hijos y propender por el desarrollo en ellos de una actitud crítica y reflexiva del mundo digital para así potencializar sus posibilidades.